NameAnn McCall 60
Birth Date1860
Birth PlaceScotland
Death Date1929 Age: 69
FatherWilliam McCall (1824-1901)
MotherBridget Blanche Rae (-<1901)
Spouses
Birth Date1857
Death Date1927 Age: 70
ChildrenAgnes (1879-1929)
 Helen (1881-1963)
 Mary Jane (1883-1906)
 John Rodgers (1885-1921)
 William Gallegos (1887-1922)
 Thomas Rae (1889-1899)
 Anne Marie (1891-1918)
 Edward (1894-)
 Maud (-1977)
Notes for Ann McCall
moved from the Falkland Islands to the mainland, arriving March 1886; died 1929
Notes for John Edward (Spouse 1)
Cape Fairweather
“Jack”
like the Hallidays, the Rudd family moved from the F.Is. to the mainland; arrived March 1886; wife Anne McCall, sister of Mary Halliday; died 1927; photographed with others celebrating Henry Jamieson's release from prison 1896; worked in partnership with William Halliday at Hill Station and Cabo Buen Tiempo; in partnership with his sons at Estancias Dos Lagunas and El Falso (Río Gallegos), La Aguada and Tres Lagunas (Río Coyle) and Huemules (Nahuel Huapi)

Este antiguo poblador nació en las Malvinas en 1857. Trabajó para "The Falkland Islands Sheep Farming Company" desde los once años de edad hasta los treinta. Pero como todos los "pioneers" del Sud tenía aspiraciones de trabajar por su cuenta y de aprovechar en un escenario más vasto la experiencia adquirida en sus años de labor. La oportunidad se la ofreció el gobernador de Santa Cruz, señor Moyano, que por ese entonces visitaba las Malvinas, quien le aconsejó partiese para la Patagonia, donde con seguridad encontraría facilidades para llevar a cabo sus proyectos. Rudd aceptó la invitación y a poco partía para la Argentina en compañía de los señores Halliday y Mac Call, en un barco costero perteneciente a la sociedad "The Falkland Islands" y en el que se habían cargado materiales de hierro, madera y algunas provisiones.

Llegaron a Gallegos en 1886 y es oportuno dejar constancia que los tres mencionados y los señores Eberhardt, Bitsch y Kark, fueron los seis primeros pobladores de la zona Sud y Norte de ese río.

Al arribar a su destino Rudd y sus compañeros empezaron a descargar sus efectos; pero la suerte no les había de ser propicia en esa su primera jornada pasada en tierra argentina. Un fuerte temporal que se levantó de pronto les inundó el barco y las olas que saltando sobre las bordas barrían la cubierta de la pequeña embarcación, les arrebataron todos los efectos que habían traído.

Era indispensable hallar agua y alimentos. La primera la encontraron esa noche antes de acostarse. En cuanto a los segundos sólo tenían lo que la naturaleza podía brindarles, esto es, guanacos y avestruces que pululaban por allí. Con el objeto de cazarlos compraron a los indios dos perros; pero las presas eran difíciles pues como los indios, en número de quinientos, cazaban en los alrededores, los guanacos y avestruces o escaseaban o los que se encontraban eran tan salvajes que se hacía casi imposible apoderarse de ellos.

Es de advertir que los señores Rudd y Halliday habían traído con ellos sus familias compuestas de sus respectivas esposas y de varios niños.

Al poco tiempo de instalarse provisoriamente los pobladores se dirigieron al estrecho de Magallanes, donde compraron algunas ovejas a Tomás Greenshield, que por ese entonces había empezado a trabajar en "Monte León" y en "Useful Hill".

Un año más o menos estuvieron en la situación que hemos descripto, hasta que don Juan Rudd arrendó al gobierno el campo que hoy ocupa su estancia "Cape Fairweather". Sus primeros animales los trajo su hijo Guillermo de Río Negro, después de un viaje que duró dos años y durante el cual, debido a la sequía, perdió más de las dos terceras partes de las ovejas compradas. Este resto y algunos carneros importados de las Malvinas, constituyeron la base para la formación de su estancia, cuyas comodidades y progresos actuales no hacen olvidar, por cierto, al viejo poblador y a su valiente esposa, las penurias de los primeros años, durante los cuales debieron alimentarse con carne de guanaco, guarecerse del frío en incipientes habitaciones y luchar noche y día para salvar sus ovejas y corderos, de la voracidad de los pumas que en ese entonces infestaban los campos patagónicos.
“La Patagonia Argentina” pg. 138, digit. por Duncan Campbell 66
Last Modified 9 Apr 2005Created 3 Oct 2012 using Reunion for Macintosh